A lo largo de mi vida he participado en los enjambres y entresijos de la política y el activismo en diferentes partidos y asociaciones.
Pero ahora todo es diferente. Lo que antes era político se ha convertido, de repente, en personal. Es como si la línea de separación que debiera existir entre una cosa y la otra se hubiese difuminado entrelazándose de manera incómoda y con resultados muy negativos para el desarrollo de la función pública y desastroso para las relaciones personales.
Estamos acostumbrados en este municipio a plenos broncos, en los que no se responden a las preguntas y en los que el gobierno intenta sin éxito reirse de la oposición cada vez que interviene; Si las cámaras les grabasen mientras interviene la oposición, los plenos serían mucho más entretenidos para los telespectadores, malos gestos risas fingidas, exabruptos varios. Pero lo del pleno de septiembre y la intervención de Concha Sala adquirió otro nivel.
Ya sabemos que el partido de Génova 13, y en especial su filial torrevejense en la Plaza de Isabel II, nunca asume las responsabilidades de sus acciones u omisión de las mismas. El mantra es recurrente en todas las intervenciones del partido de la mayoría absolutista: La culpa la tienen siempre otros.
La intervención de Concha es un claro ejemplo de falta de argumentos sólidos para poder defender su ineficacia en la gestión de la muerte del perro en la terraza y, por lo tanto, tuvo que personalizar, victimizarse, insultar y convertirse en el centro de atención que, se supone debería haber sido la respuesta a mis breves preguntas y sobre su fallo en el protocolo y actuación de su equipo en el tema que nos ocupaba.
En primer lugar le recomendaría que a quién le escribe esos textos le dé los datos verdaderos. La verdad siempre sale por mucho que se quiera disimular o tergiversar al estilo tan natural del PP
Sra Sala, lo único que yo he hecho, como concejal de la oposición, es denunciar una negligencia de actuación y de protocolo en sus funciones como concejala de protección animal y como ha sido tan evidente y tan grave, se ha viralizado pero no gracias a mí, sino a las asociaciones y partidos animalistas de Torrevieja, de la Comunidad Valenciana y de España entera, horrorizados por el abandono y el desconocimiento del protocolo que lo hubiese salvado.
Yo siento muchísimo que los haters del mundo se le hayan echado encima. Nos pasa a todos los que estamos en la luz pública, Sra Sala. Por desgracia va con nuestros cargos y, si no, pregunte a Irene Montero o a Mónica Oltra lo que han tenido que sufrir por gente que no está de acuerdo con su gestión pública. Pero no tengo yo ese poder que usted me otorga de manipulador de asociaciones y partidos políticos nacionales, ni soy yo quien toma sus decisiones pues, hace tiempo que usted sabe que no pertenezco a ningún partido político.
También sabe que yo no saco ningún rédito ni personal ni político con el triste caso del maltrato animal, sí, Sra Sala, MALTRATO demostrado por la evidencia y no “supuesto maltrato” que usted tuvo la indecencia de decir tras tener en su poder todos los vídeos que demuestran la muerte final del animal por las condiciones en las que estaba.
Su mala educación e ignorancia de los principios básicos de convivencia institucional solo la retratan a usted. Que me llame lobo con piel de cordero o diablo sin alas me entristece por usted y el nivel educativo y cognitivo que demuestra y confío que, al menos, se retire de la concejalía de protección animal que, como queda demostrado, le ha venido muy grande.
Nacho Torre-Marín Comas -Concejal del Ayuntamiento de Torrevieja-