Comer de caliente en la Vega Baja: planes de invierno llenos de sabor, tradición y productos de temporada
una experiencia única para disfrutar de un invierno lleno de sabores auténticos y platos que cuentan historias. 
1 Ene, 2025

El cocido con pelotas y la alcachofa de la Vega Baja destacan en la cocina local.

La Vega Baja del Segura hace frente al invierno con experiencias gastronómicas en las que predominan los platos tradicionales, los productos frescos de su huerta y la repostería artesana para reconfortar el cuerpo y alegrar el alma con los sabores de siempre. En esta época predominan los platos de cuchara para “comer de caliente” con guisos, potajes y platos estrella que son una seña de identidad como el cocido con pelotas, la olla viuda o el amplio recetario vinculado a la alcachofa de la Vega Baja, conocida como la joya de la huerta por su calidad y versatilidad gastronómica.  

Platos de cuchara: el alma del invierno

Cuando el frío se hace notar, las mesas de la Vega Baja se llenan de guisos y potajes que transmiten el calor de la tradición. Uno de esos platos que es un símbolo de la comarca y que cohesiona el territorio es el cocido con pelotas. Un patrimonio gastronómico de los 27 municipios de la Vega Baja del Segura que se transmite de generación a generación y que es tan popular que hasta tiene su propio decálogo con los 10 mandamientos del Cocido con Pelotas de la Vega Baja del Segura.

El primero de ellos indica que lo amarás sobre todas las cosas y es una premisa que se cumple en todos los hogares y restaurantes de la comarca. Es un plato muy vinculado a los domingos y a los eventos familiares que simboliza el cariño, la cercanía y el interés por mantener vivo este legado culinario.

Hay mucha gente que desea que llegue el invierno para disfrutar de este plato en todo su esplendor. Las pelotas pueden ir con caldo y fideos, con cocido, solas, con la yema, el tocino o la morcilla… y eso sí, con un buen “chorrico” de limón que es uno de los productos estrella de la huerta de la Vega Baja del Segura.

Otra de las comidas típicas de esta época que está muy arraigada en el territorio y que conquista paladares es la Olla gitana u Olla viuda. Es un guiso saciante que sabe a tradición y que tiene multitud de variantes dependiendo de la época del año en la que se consuma. De hecho, para depurar tras las fiestas navideñas se le añade apio verde fresco autóctono u hojas de cardo y no puede faltar la alcachofa de la Vega Baja, uno de los principales ingredientes de este plato.

Otras delicias gastronómicas son el arroz y conejo al igual que otras propuestas para “comer de caliente” como las albóndigas de bacalao o el arroz de los tres puñaos. El nombre de este plato hace referencia a las tres medidas de habichuelas, lentejas y frisuelos (alubia carilla) que, junto al arroz, las alcachofas y otras verduras como las bleas (acelgas) y las bajocas (judías verdes) componen este manjar que representa la cocina tradicional de la comarca.

La huerta: esencia y riqueza de la Vega Baja

La gastronomía de la Vega Baja del Segura no sería lo mismo sin los productos de su huerta, una de las más fértiles de España. En invierno destacan productos como la alcachofa de la Vega Baja del Segura cuya temporada abarca de finales de noviembre hasta el mes de mayo. La comarca es la principal zona productora de alcachofas de toda la Comunidad Valenciana, la segunda de España y los primeros exportadores del país. Es conocida como la Joya de la Huerta y tal es la importancia que tiene en el territorio que hasta cuenta con una marca propia, la Asociación Alcachofa de la Vega Baja del Segura, que se creó hace más de una década para defender y promocionar sus cualidades únicas, su sabor y calidad.

Ese protagonismo está muy presente en la gastronomía comarcal a través de platos donde la alcachofa muestra su versatilidad al poder degustarla en cremas, confitadas, en tempura, chips, en ensaladilla, en tortilla… y como producto estrella en recetas llenas de tradición como la ensalada de alcachofas con escarola, con lisones, en crudo, en el arroz y jardín o de verduras, o en el arroz con boquerones y alcachofas o simplemente hervidas con limón. 

Precisamente, los cítricos como las naranjas, mandarinas y el limón son muy significativos en la comarca. De hecho, el 40% de los limones que se producen en España y el 70% de los que se cultivan en la Comunidad Valenciana proceden de la huerta de la Vega Baja del Segura. Por eso, es el aliño preferido para la gastronomía comarcal porque le aporta un toque fresco y aromático a los platos. Otras verduras como las acelgas (bleas), coliflores o el brócoli también son típicas de esta época y están muy presentes tanto en el paisaje de huerta como en los platos de la Vega Baja del Segura. 

Repostería artesanal: dulce tradición

Cada fiesta en la Vega Baja del Segura tiene su dulce. Las festividades navideñas traen consigo especialidades como las toñas, los mantecados, las pastas flora, las yemas, los suspiros y los almendrados, todos elaborados siguiendo recetas transmitidas de generación en generación.

Durante las celebraciones de San Antón y Santa Águeda “La pesá”, es común encontrar dulces típicos como las bolicas, el turrón de panizo y el pan de higo, que combinan ingredientes locales con técnicas tradicionales. En marzo, la festividad de San José pone en la mesa los buñuelos, los pasteles de gloria y las almojábanas. Y durante todo el año, los rollos de anís, las tortas de calabaza, las magdalenas de aceite o naranja, la tortada de almendra, los pasteles de gloria o el pan de calatrava.

Planes para disfrutar de la gastronomía

Para sumergirse en la riqueza culinaria de la Vega Baja, nada mejor que visitar la comarca y dejarse conquistar por su paisaje de huerta y los sabores de proximidad y tradición para conectar con el legado gastronómico de la comarca.

Sin duda, una experiencia única para disfrutar de un invierno lleno de sabores auténticos y platos que cuentan historias. Desde los guisos hasta la dulzura de su repostería artesanal pasando por los productos de la huerta. Cada bocado es un homenaje a estatierra y a las manos que mantienen viva la tradición. Un destino perfecto para quienes buscan calidez y sabor en la estación más fría del año.

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