Allá por diciembre del año 1973, un servidor se levantó con un fuerte dolor abdominal y mi padre como era preceptivo, avisó a nuestro querido médico de cabecera don Manuel García Gea que como era previsible, me visitó inmediatamente en mi casa y certeramente me diagnosticó una apendicitis galopante y con el “volante” de rigor, nos fuimos al hospital provincial de Alicante con un taxi de Urbano (por supuesto), donde un día después me operaron. Allí estuve unos cinco días en una habitación triple, con otros pacientes.
Años más tarde, tuve otro percance y esta vez fui al hospital Vega Baja, donde estuve otros tantos días en una habitación doble, con otro chico (con el que hice amistad ,por cierto). En ambos sitios estuve perfectamente atendido y recuerdo que las visitas eran un par de horas por la tarde y a casa.
Desde que está el Hospital Universitario de Torrevieja de gestión privada, también me ha tocado acudir como paciente y acompañante, y por suerte eran habitaciones individuales donde el acompañante podía estar las 24 horas ocupando incluso una cama para la noche, una estrategia recurrente y aceptada por ambas partes, ya que el paciente está todo el día atendido y vigilado por un familiar y el hospital se ahorraba el personal que en teoría debía ocuparse de la atención básica de esos pacientes (ya lo hacían los familiares). Y conste que esta situación me parece excelente, ya que la tranquilidad que da la intimidad a paciente y familiares, no tiene precio.
Desde el año pasado que el hospital ha pasado a gestión pública, el festival de acoso y derribo a esta gestión ha sido constante por parte de algunos sectores, hábilmente guiados por una plataforma que no se por que extraños y oscuros motivos (bueno, me los imagino), ha tratado por todos los medios (que no han sido pocos) de desprestigiar, devaluar y subestimar el trabajo y la gestión de los nuevos inquilinos de sus oficinas desde el minuto 1, incluso con una agresiva campaña muchos meses antes de la “ocupación”, creando un ambiente hostil aderezado con fotografías y experiencias nefastas (aunque nunca firmadas ni confirmadas), que a muchos aún ignorando la veracidad de la información, se les da visto y leído en redes insultando grave y gratuitamente a algunos dirigentes políticos, que posiblemente lo podrían haber hecho mejor, aunque el handicap de la presión externa no les permitiera ni el más mínimo desliz. Presión que por otra parte, con idénticos escenarios nunca apareció en los años anteriores .
Todos conocemos las características especiales de toda empresa, negocio y estamentos oficiales que acarrea el ser un pueblo turístico como el nuestro, que multiplica por 5 su censo en verano y también ahora casi por 3 en el resto del año. Pero este problema no lo tenemos desde octubre pasado, viene desde hace años, aunque extrañamente parece que las quejas, fotos, atrasos en citas y “overbookig” en urgencias aparecieron hace 10 meses.
Entiendo que también hay muchas injusticias (ahora y antes), con personas a las que se le eterniza una consulta, una operación o un tratamiento, esto es trabajo de la Consellería de Sanitat, la que se tiene y debe poner en faena y buscar soluciones o buscar a los que sean capaces de encontrarlas.
Yo, como muchas más personas quiero una sanidad pública, eficaz y universal, que funcione aunque hayan dos camas por habitación y haya que presupuestar biombos. Aunque este caso pienso que no se va a dar, por mucho que algunos lo estén denunciando a los cuatro vientos y si se da no creo que sea el apocalipsis, aunque algunos lo pinten así.
Para todo lo demás, está la medicina privada aunque por lo que he oído está con una saturación parecida .
Juan Carlos García Sala -torrevejense del Sequión-