El Oriolano. 24 de enero 1886:
Cuantos en diferentes épocas hemos visitado las pintorescas playas de la vecina villa de Torrevieja, y en ellas buscamos la frescura de sus brisas contra los ardores del caluroso verano, extrañamos que tan industriosa y frecuentada población careciera desde hace bastante tiempo de una Iglesia digna de los torrevejenses.
Un deforme, aunque espacioso barracón, sirve de templo desde que la primitiva iglesia fue reducida a escombros por las violentas trepidaciones de los terremotos, tan frecuentes en aquel país.
Sus vecinos, impulsados por esos sentimientos que la religión y la fe hacen brotar en las almas, vienen desde época remota haciendo crecidos sacrificios pecuniarios para la construcción de un nuevo templo, sino tan digno de la majestad del Todopoderoso — para quien todo es pequeño comparado con su infinita bondad y omnipotencia — merecedor al menos de que en sus modestas naves se realizaran con más comodidad y en mejores condiciones los santos misterios del culto divino.
Las obras dieron principio con los productos de las donaciones hechas por el difunto prelado, limo. Sr. D. Pedro María Cubero, de feliz memoria, y con las que voluntariamente hiciera el vecindario de Torrevieja, invirtiéndose en ellas hasta el día unas 60.000 pesetas aproximadamente.
La construcción de este nuevo templo había de ajustarse a condiciones especiales, conocida como es la frecuencia con que allí, se repiten los temblores de tierra; pues de otro modo la iglesia se derrumbaría como la anterior, resultando estériles tan levantados sentimientos y tan penosos sacrificios; y estas condiciones de carácter especialísimo ha sabido reunirías en un hermoso proyecto nuestro distinguido paisano D. Ramon Mas, arquitecto diocesano y de la provincia, a quien se encomendó tan difícil y delicado trabajo.
Los planos, que al saludarle ayer tuvo la amabilidad de enseñarnos, reúnen a nuestro entender las condiciones propias del terreno en que se va a edificar. Su iglesia, construida en forma de cruz latina, consta de una espaciosa nave central subdividida en dos laterales que terminan en el crucero, sobre el que, a poca distancia y a unos ochenta centímetros del pavimento, que es de losa de sillería y baldosas de Mahón, se levanta el presbiterio de forma cuadrada, rodeado de elegante verja de hierro, y al que dan acceso escalinatas de cinco peldaños de rojo mármol.
En el fondo del presbiterio se alza el altar mayor y sobre este el elegante camarín de la Purísima, patrona de la villa, construido arquitectónicamente a estilo del renacimiento. Dan entrada al templo cinco espaciosas puertas, tres colocadas en la fachada principal y una en cada fachada de los dos cruceros.
Dos elegantes torres piramidales adornan la principal, una destinada a campanario y otra para el reloj de la villa, con entrada independientemente del templo.
La cúpula, que es bizarra y elegante, se construirá la bóveda de madera, con armazones de hierro, para recibir la cubierta a cuatro aguas; notándose en esta, para dar solidez a la construcción, que a los pares que reciben el tejado va unida la bóveda interior del templo.
Los muros laterales de éste irán fuertemente trabados con gruesas viguetas de hierro en el interior, lográndose de este modo, resistir las sacudidas de las más violentas trepidaciones terrestres, siendo del mismo metal las vigas del coro donde se colocará el órgano, junto a la fachada principal y frente al presbiterio, tras del que se construye otro coro para las ceremonias del culto.
Haremos notar, para terminar estos apuntes que hemos tomado a la vista de los planos construidos por el señor Mas, que a la distribución interior de la iglesia ha presidido un estudio tan especial y detenido, que desde todos los puntos del templo puedan los fieles contemplar las ceremonias del culto que se efectúen en altar mayor; que de esta nueva iglesia hay ya construidas las obras desde la fachada principal hasta el crucero, como igualmente el primer cuerpo y parte del segundo de ambas torres, que, como la cúpula, llevan interiormente un fuerte armazón de madera y hierro; y que las obras serán costeadas por el Estado, habiéndose presupuestado para su terminación 113.866 ptas.
Tal es el nuevo proyecto debido a la inteligencia de nuestro distinguido amigo D. Ramon Mas, a quien enviamos nuestros plácemes por la perfección y discernimiento que ha empleado al proyectar una obra, que, si honra al pueblo en que se va a ejecutar, honra también no poco al arquitecto distinguido que, como nuestro paisano, ha sabido aunar las influencias terrestres a que, se halla sujeto el país sin que la estética y la hermosura de la obra desmerezcan por las difíciles y especiales condiciones a que ha de sujetarse la construcción de la iglesia de Torrevieja.
FUENTE: https://www.facebook.com/ajomalbacosta
Queremos dar las gracias a Antonio José Mazón por su aportación y buen trabajo a recopilar y dar a conocer los recuerdos de Torrevieja.