Las Provincias de Levante. Murcia. 3 de agosto de 1891. Corresponsal. Desde Torrevieja:
Hablar aquí de baños, es hablar de la mar. La numerosa colonia de Murcia solo piensa en bañarse y divertirse para descansar de las tareas y fatigas de un año entero; un paréntesis de agua salada, para curar los males del cuerpo y dar alivio a los del espíritu.
El salón de los baños, donde la gente aguarda turno para remojarse, ofrece un conjunto verdaderamente indescriptible.
Las señoras sentadas en grupos se trasmiten las impresiones del día, sobre todo las que se refieren a la temperatura del agua; los niños y niñas corren de acá para allá, con el bullicio de los pocos años, promoviendo un ruido atronador sobre la madera del piso.
Las risas y frases chispeantes hacen coro al murmullo de las olas; el aire es limpio y fresco, y en este conjunto de algazara y buen humor, se escuchan sin cesar las voces y exclamaciones agudas de las señoras al recibirla primera impresión del baño.
—¡Ay! —¡Ay que fría! —Métete, Tomasa!—¡que se me cae la sábana!— ¿Dónde está mi tarma! —Policarpo, que estamos esperando dos horas!
Policarpo es el jefe del establecimiento, el que mete a las familias en el 6 y el que las saca del 7; corre de un puesto a otro con la velocidad del rayo, reparte y cuida de las ropas del baño, guarda los relojes y el dinero de los bañistas y los entretiene con esperanzas de que pronto pasarán a la caseta, cuando estas se encuentran todas ocupadas por las numerosas familias que se agolpan de once de la mañana a una de la tarde.
He querido dedicar estas líneas a Policarpo, para reconocerle que es el gran bañero, digno de las simpatías que se ha conquistado.
Le deseamos buenas y abundantes propinas, pues tripas hacen pies, y mal te querrá quien propina no te da; y en los baños lo primero es cumplir con el bañero, y de los baños no zarpo sin cumplir con Policarpo…
… Siguen llegando a ésta familias murcianas. Ayer llegaron las del Sr. Martínez Moya, Ruiz, Muñoz, Navarro y otras que no recordamos.
En el pueblo se nota grande animación y la feria que estaba decaída se va vigorizando con los forasteros.
De Orihuela hay extraordinaria concurrencia. Ayer y anteayer estuvo la mar algo picada, y esta circunstancia desbarató algunas giras proyectadas por la vía marítima; una distinguida familia murciana, ya que no pudo hacerlo en el agua, salió por tierra a estas inmediaciones para dar buena cuenta de las exquisitas viandas que habían preparado.
Se comieron un magnífico «Sastre», pues así intitulan los aficionados a la carne de mar, una especie de langosta muy grande cuyos tentáculos parecen tijeras.
El mar está hoy tranquilo; parece que rendido del movimiento de estos días, descansa trasformando sus grandes penachos de espuma en inmenso espejo salpicado de faluchos y barquillas que hienden el inmenso piélago.
Los bañistas que solo desean que vengan fragatas, supongo que aprovecharan el buen tiempo para embarcarse esta tarde.
La gente de Torrevieja trata muy bien al forastero; dicho sea esto como manifestación de gratitud.
FUENTE: https://www.facebook.com/ajomalbacosta
Queremos dar las gracias a Antonio José Mazón por su aportación y buen trabajo a recopilar y dar a conocer los recuerdos de Torrevieja.